BELLEZAS DE LAS ALTURAS
Por Elio Daniel Rodríguez
En las salobres lagunas de las alturas andinas conviven tres especies de
flamencos. La parina grande o flamenco andino (Phoenicoparrus andinus), la parina
chica o flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi) y el flamenco austral (Phoenicopterus chilensis). Que vivan tres especies de flamencos en
nuestra geografía es algo sorprendente si se tiene en cuenta que en todo el
mundo son únicamente seis, incluidas las nuestras, las especies existentes.
Con sus encantadoras coloraciones, su cuello muy largo, sus patas tan
finas y extensas que parecerían volverlos
extremadamente inestables, la cabeza pequeña y la cola muy corta, los
flamencos componen en los ambientes acuáticos que habitan un espectáculo al que
ningún observador atento de la naturaleza puede permanecer indiferente. Además,
los ambientes de altura en los que suele vérselas son, con ellas, algo así como
una ensoñación. Imagínense estar a 4 mil o 5 mil metros sobre el nivel del mar,
envueltos en una atmosfera donde el oxigeno escasea, sin árboles, y de pronto
encontrarse con sus grupos numerosos.
Sin embargo, no conforman un elenco permanente en estos paisajes
elevados, ya que las tres especies realizan desplazamientos entre diferentes
cuerpos de agua a la búsqueda de buenos lugares de alimentación y reproducción.
Mudarse es para ellas inevitable cuando el agua de las lagunas de las
que depende su vida se congela, pero no todas se van al mismo tiempo ni llegan
en sus movimientos a los mismos destinos.
Aunque el flamenco andino o parina grande y el flamenco de James o parina
chica están más consustanciados con los ambientes elevados de los Andes
centrales que son su hábitat más característico, a veces llegan en sus
recorridos hasta lagunas de las provincias de Córdoba y Santa Fe.
El flamenco austral, en
tanto, tiene un ámbito de distribución muy amplio y puede encontrarse en un
inmenso territorio de la porción más meridional de América del Sur.
Estas aves tienen una marcada dependencia del agua. Si dejan un cuerpo
acuoso es solo para dirigirse a otro y sin bien prefieren las aguas saladas o
salobres, es posible también encontrarlos en lagunas de agua dulce, esteros y
hasta costas de mar; porque el agua les provee el alimento que precisan y su anatomía está
debidamente preparada para ello.
Bibliografía:
-De la Peña, M. R. 2015. Aves argentinas (incluye nidos y huevos) Tomo
1. Ediciones UNL, Santa Fe, y Eudeba, Buenos Aires.
-Narosky, Tito e Yzurieta, Darío. 2010. Guía de identificación de
aves de Argentina y Uruguay. Vazquez Mazzini Editores. Buenos
Aires.
-Rodríguez, Elio Daniel. 2011. Aves de la Puna y los Altos Andes de
Argentina. Mundo Gráfico Salta Editorial. Salta.