lunes, 24 de agosto de 2020

Los flamencos de los Andes

BELLEZAS DE LAS ALTURAS

Por Elio Daniel Rodríguez

Parinas grandes o flamencos andinos (Phoenicoparrus andinus). 
Fotografía: Elio Daniel Rodríguez.

En las salobres lagunas de las alturas andinas conviven tres especies de flamencos. La parina grande o flamenco andino (Phoenicoparrus andinus), la parina chica o flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi) y el flamenco austral (Phoenicopterus chilensis). Que vivan tres especies de flamencos en nuestra geografía es algo sorprendente si se tiene en cuenta que en todo el mundo son únicamente seis, incluidas las nuestras, las especies existentes.

Con sus encantadoras coloraciones, su cuello muy largo, sus patas tan finas y extensas que parecerían volverlos  extremadamente inestables, la cabeza pequeña y la cola muy corta, los flamencos componen en los ambientes acuáticos que habitan un espectáculo al que ningún observador atento de la naturaleza puede permanecer indiferente. Además, los ambientes de altura en los que suele vérselas son, con ellas, algo así como una ensoñación. Imagínense estar a 4 mil o 5 mil metros sobre el nivel del mar, envueltos en una atmosfera donde el oxigeno escasea, sin árboles, y de pronto encontrarse con sus grupos numerosos.

Sin embargo, no conforman un elenco permanente en estos paisajes elevados, ya que las tres especies realizan desplazamientos entre diferentes cuerpos de agua a la búsqueda de buenos lugares de alimentación y reproducción.

Mudarse es para ellas inevitable cuando el agua de las lagunas de las que depende su vida se congela, pero no todas se van al mismo tiempo ni llegan en sus movimientos a los mismos destinos.

Aunque el flamenco andino o parina grande y el flamenco de James o parina chica están más consustanciados con los ambientes elevados de los Andes centrales que son su hábitat más característico, a veces llegan en sus recorridos hasta lagunas de las provincias de Córdoba y Santa Fe.

El flamenco austral, en tanto, tiene un ámbito de distribución muy amplio y puede encontrarse en un inmenso territorio de la porción más meridional de América del Sur.

Estas aves tienen una marcada dependencia del agua. Si dejan un cuerpo acuoso es solo para dirigirse a otro y sin bien prefieren las aguas saladas o salobres, es posible también encontrarlos en lagunas de agua dulce, esteros y hasta costas de mar; porque el agua les provee el  alimento que precisan y su anatomía está debidamente preparada para ello.

Bibliografía:

-De la Peña, M. R. 2015. Aves argentinas (incluye nidos y huevos) Tomo 1. Ediciones UNL, Santa Fe, y Eudeba, Buenos Aires.

-Narosky, Tito e Yzurieta, Darío. 2010. Guía de identificación de aves de Argentina y Uruguay. Vazquez Mazzini Editores. Buenos Aires. 

-Rodríguez, Elio Daniel. 2011. Aves de la Puna y los Altos Andes de Argentina. Mundo Gráfico Salta Editorial. Salta. 

 

sábado, 15 de agosto de 2020

El batará gigante

EL GRAN PÁJARO HORMIGUERO

Por Elio Daniel Rodríguez

El batará gigante es un ave paseriforme de la familia Thamnophilidae . Su nombre científico es Batará cinérea, que procede del guaraní mbatará, que significa overo o matizado y cinérea que quiere decir ceniciento o gris ceniza.

Matizar es el arte de mezclar colores y tonos de modo que conformen un conjunto armónico y eso en realidad se cumple tanto en los machos como en las hembras de la especie, pero no son ellos y aquellas de color ceniza.

Los machos son grises en su zona ventral y tienen un barrado blanco y negro en su zona dorsal. Además ostentan un notable copete negro que le da a su presencia fuerte  personalidad y elegancia. Las hembras en cambio tienen el copete castaño; dorsalmente están barradas de canela y negro, y ventralmente son ocráceas.

Mide esta ave unos 34 cm de longitud, con lo cual se convierte en la más grande de las especies conocidas como pájaros hormigueros,  y es prácticamente inconfundible en el campo debido a su importante tamaño y al característico patrón de coloración de su plumaje. Su peso es de 150 gramos aproximadamente.

Se trata de un ave que por lo general permanece oculta pero al mismo tiempo, cuando se deja ver, parece manifestar cierta curiosidad, permaneciendo ante el ocasional observador sin temor por unos instantes y hasta puede suceder que bastante cerca.

Son tres sus subespecies:

Batara cinerea cinerea: Se distribuye desde el sudeste de Brasil hasta el extremo noreste de Argentina, en la provincia de Misiones.

Batara cinerea excubitor: Está presente en las laderas orientales de los Andes bolivianos.

Batara cinerea argentina: Se distribuye por el este de Bolivia, Paraguay y el noroeste de Argentina.

Su alimentación está compuesta por pequeños vertebrados como ranas, roedores, lagartijas, serpientes y también caracoles y artrópodos, y yo le he visto inspeccionar detenidamente el suelo, buscando bajo los troncos caídos o mirando atentamente los resquicios entre las piedras a la búsqueda de una posible presa. 

El periodo de reproducción se ubica en octubre y noviembre y construye su nido, que tiene forma de tazón, entre lo más denso de la vegetación.

Batará gigante (Batara cinerea), macho. Fotografía: E. D. Rodríguez

Batará gigante (Batara cinerea), hembra. Fotografía: E. D. Rodríguez

Bibliografía:

-De la Peña, M. R. 2015. Aves argentinas (incluye nidos y huevos) Tomo 1. Ediciones UNL, Santa Fe, y Eudeba, Buenos Aires.

-Rodríguez, Elio Daniel. 2012. Aves del cerro San Bernardo y de las serranías del este de la ciudad de Salta. Fondo Editorial. Salta.

-Narosky, Tito e Yzurieta, Darío. 2010. Guía de identificación de aves de Argentina y Uruguay. Vazquez Mazzini Editores. Buenos Aires.

 




Vito Giuseppe Passamai

EL ARTISTA PICAPEDRERO Por Elio Daniel Rodríguez Detalle del bebedero triple de plaza 9 de Julio, Salta.  Fotografía: Elio Daniel Rodrígue...